La administración local, como es un Ayuntamiento, tiene que velar por el bienestar de sus ciudadanos, y cuando su pasividad o ausencia de actividad, a favor de conseguir este objetivo, no se realiza. No nos queda otro remedio que acudir a los Tribunales, para que nos den la razón y obliguen a la administración a actuar.
Las indemnizaciones por daños morales, según la jurisprudencia del Tribunal Supremo, no requieren de prueba, cuando la víctima las reclama a la administración por haber tenido que soportar durante una larga temporada, incluso años, ruidos molestos que provienen de bares, restaurantes y terrazas que están justo debajo de nuestro domicilio.
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